febrero 25, 2010

Lectura Evangelística

La compilación de pasajes bíblicos que va a continuación no es de mi autoría, pero de seguro será útil para quien quiera utilizarlos para evangelizar. 

Es urgente recordar...

Que mi vida es pasajera
Cuando no sabéis lo que será mañana.  Porque  ¿qué es vuestra vida?  Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo,  y luego se desvanece. Santiago 4:14

Que mi muerte es segura
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio Hebreos 9:27
 
Que el pecado es la causa de mi muerte
Por tanto,  como el pecado entró en el mundo por un hombre,  y por el pecado la muerte,  así la muerte pasó a todos los hombres,  por cuanto todos pecaron.
Romanos 5:12

Que a pesar de todo Dios ha mostrado su amor para conmigo
Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna. Juan 3:16. Mas Dios muestra su amor para con nosotros,  en que siendo aún pecadores,  Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8

Que debo arrepentirme y creer en el único que puede salvarme: Cristo Jesús
Pero Dios,  habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia,  ahora manda a todos los hombres en todo lugar,  que se arrepientan Hechos 17:30. El que cree en el Hijo tiene vida eterna;  pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida,  sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36

Autor: L.E.R.

febrero 21, 2010

¿Y tú buscas para tí grandezas?

El capítulo 45 de Jeremías es corto pero lleno de significado; en medio de largos capítulos este llama la atención por su reducida extensión. Transcribo a continuación la mayor parte de su contenido:

"Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti,  oh Baruc: Tú dijiste:   ¡Ay de mí ahora!  porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor;  fatigado estoy de gemir,  y no he hallado descanso. Así le dirás:  Ha dicho Jehová:  He aquí que yo destruyo a los que edifiqué,  y arranco a los que planté,  y a toda esta tierra. ¿Y tú buscas para ti grandezas?  No las busques;  porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne,  ha dicho Jehová;  pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres." Jer 45:2-5

El tiempo en que Dios pronuncia estas palabras es un tiempo de ruina nacional para Israel, tiempo de aflicción, cautiverio y destrucción. Baruc es utilizado por Dios para transcribir en un rollo, en dos ocasiones, las palabras que habló al profeta Jeremías. Cuando eso sucedió, Baruc y Jeremías tuvieron que esconderse durante un tiempo para evitar las posibles represalias del rey Joacim debido al mensaje que Dios le enviaba a través de ellos, un mensaje que sin duda acusaría su conciencia, pero que aún así rechazaría. Baruc era un escriba, uno que ocupaba un lugar importante en la sociedad de su tiempo, posición privilegiada que sabía iba a perder a causa de realizar la labor que Dios le había encomendado. Como resultado de ese conocimiento, Baruc se queja y se lamenta de su triste situación. Parece como si se lamentara de tener que escribir las Palabras de Dios, como si esa magna labor le fuese un suplicio. Ante tal situación, Dios desvela lo que hay en su corazón, le llama al arrepentimiento y le da esperanza. 

Valiosas lecciones se pueden extraer de este pasaje. Pienso primero en aquel que aún no tiene a Cristo, en la persona que yace muerta en sus delitos y pecados, arruinado espiritualmente hablando, con la condenación eterna por delante, con las llamas del infierno lamiendo sus pies. Para tí pecador es el evangelio de salvación, las divinas palabras de amor y de verdad; palabras de gracia y de justicia. A tí ha dado Dios el privilegio de escucharle, ha dado Dios a su propio Hijo para que lleve en tu lugar el terrible juicio que mereces por tus pecados. Qué privilegio tan grande el que todo hombre tiene hoy en día de conocer al mismo Dios hecho carne y esto por medio de la fe. En medio de la ruina y decadencia en la que te encuentras (y que debes reconocer delante de Dios), Jesucristo se presenta para darte a conocer al único y verdadero Dios y para que creyendo en Él tengas vida, escapes de la concenación.

Lastimosamente, tal cual sucedió hace muchos años, sucede en el día de hoy. Muchos aprecian más su posición, su fama, sus posesiones, sus amistades y en general, cuanto ofrece el mundo en el cual viven, en lugar recibir con humildad aquello que proviene de lo alto; escogen lo temporal en detrimento de lo eterno. Sabiendo que seguir a Cristo conlleva al rechazo y la ignominia, prefieren ignorar voluntariamente al Salvador. Dios dice al pecador: "por tu dureza y por tu corazón no arrepentido,  atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios". Y también dice: "¿qué aprovechará al hombre,  si ganare todo el mundo,  y perdiere su alma?". Pecador, la ira de Dios está sobre tí, "¿Y tú buscas para tí grandezas?"

Pero tambièn para el creyente hay enseñanzas. Con demasiada frecuencia los hijos de Dios desean tener comodidades en este mundo antes que agradar a su Señor, y ni qué decir de aquellos que gustan de vivir en deleites so pretexto de que son hijos del Rey y que por lo tanto deben vivir como reyes. Nada más alejado a las enseñanzas de las Escrituras. "Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo,  y sin duda nada podremos sacar. Así que,  teniendo sustento y abrigo,  estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo,  y en muchas codicias necias y dañosas,  que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero,  el cual codiciando algunos,  se extraviaron de la fe,  y fueron traspasados de muchos dolores" 1Ti 6:6-10. "Si,  pues,  habéis resucitado con Cristo,  buscad las cosas de arriba,  donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba,  no en las de la tierra" Col 3:1-2.

No puede concebirse entonces un creyente que pretenda estar agradando a Dios y viviendo en lujos y dando prioridad a las cosas materiales por encima de la comunión y el servicio a Cristo. El apóstol Pedro declaró que "los cielos y la tierra que existen ahora,  están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio" y añade "Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,  ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios,  en el cual los cielos, encendiéndose,  serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!" 2Pe 3:11-12. Todo aquello que hagamos en este mundo será consumido, nada persistirá, y sin embargo hay demasiados creyentes que siguen amasando fortunas y viviendo en los deleites temporales que el mundo ofrece. Bien dijo el profeta Jeremías respecto a la vanagloria de Babilonia: "en vano trabajaron los pueblos,  y las naciones se cansaron sólo para el fuego". Lastimosamente eso puede pasarnos si nos empeñamos, aún teniendo la luz de Cristo, en ocuparnos de las cosas de las tinieblas de este mundo.

febrero 20, 2010

Cómo es nuestro corazón II

He estado ocupado y no he podido terminar de escribir esta sección, pero ya estoy aquí de nuevo. Las palabras que están en cursiva en el post anterior nos dan una idea de qué aspectos de la vida del hombre demuestran la maldad de su corazón y lo hacen con mayor claridad al relacionarlas con el contexto.

Las palabras son: dureza, imaginación y pensamientos. El contexto da el sentido de movimiento o acción; los verbos que denotan esto son: andar, caminar e ir. En los 5 pasajes, están en contraposición al hecho de oir la voz de Dios. Un aspecto adicional que se repite en estos pasajes y que se encuentra en el contexto es el inclinarse y esto para oir. Las palabras utilizadas me llevan a concluir que para agradar a Dios primero hay que inclinar el corazón para conocer su voluntad antes que pensar por cuenta propia lo que yo deseo y mucho menos actuar guiado por ese tipo de pensamientos. Teniendo en cuenta que la Palabra de Dios es inspirada y que nada de lo que está escrito está allí por casualidad, he estado mediando sobre qué puedo aprender de los detalles anotados anteriormente.


Primero, conforme al orden adecuado de las cosas, he pensado en el Señor Jesucristo, en su perfecta sumisión al Padre celestial. En el Salmo 1, versículos 1 y 2, el Espíritu Santo muestra al Varón bienaventurado por excelencia, Cristo Jesús, no caminando según el pensamiento de los pecadores sino meditando en la Palabra de Dios y, en ese sentido, inclinando su corazón y oído para escuchar la voz de Dios. Otro pasaje muy diciente: "¡Oh,  cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación" Sal 119.97. Así fue el Señor Jesucristo durante su vida en la tierra, siempre pronto para escuchar la voz de Su Padre, siempre dispuesto a hacer lo que del Padre provenía. Es más, aún siendo Dios, no hizo nada por sí mismo sino según el Padre le decía Juan 8.28 y 42. Desde su niñez le vemos en el Templo gozándose en la Palabra de Dios, escuchando y hablando de ella, ocupado en los negocios del Padre. ¡Qué diferentes serían nuestras vidas si fuésemos como Él! Aunque en el corazón de Cristo no había maldad como en el nuestro, siempre anduvo sujeto al pensamiento de Dios, dándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas.


En segundo lugar, he pensado en cómo se manifiesta la maldad de mi corazón en la práctica. La dureza de corazón, la negativa a dejarse moldear, a dejarse guiar. El contínuo deseo de hacer la voluntad propia, la incluinación contínua de pensar y actuar por cuenta propia. Esto tiene amplias repercusiones, tanto a nivel personal como a nivel de iglesia. Cuando dejo de lado los pensamientos e intereses del Padre por hacer caso a mis propios pensamientos e intereses, sin remedio alguno estoy abocado a errar, a pecar. Decisiones tomadas sin consultar a Dios a menudo redundan en trabas y estorbos para el crecimiento espiritual normal en el creyente. Hoy en día es tan común actuar según lo que dicta el corazón que hacer lo que a Dios le agrada se torna extraño y fuera de lugar, aún entre los creyentes. Hay muchos ejemplos, pero quiero tocar sólo algunos que son especialmente simples pero a la vez significativos. Uno es la costumbre, hoy muy generalizada entre los salvados, de escuchar música del mundo, con letras que deshonran descaradamente a Dios y con ritmos sensuales que incitan la carne. Dios ha dicho: "no proveáis para los deseos de la carne", palabras que deberían mover nuestras conciencias a desechar aquellas cosas que alimentan nuestra carnalidad. "Absteneos de toda clase de mal". No imagino al Señor Jesucristo mirando, por ejemplo, las novelas de la televisión o el programa de chistes (la mayoría obsenos), incluso horas antes de partir el pan. Sólo por mencionar algunas cosas que como dije antes, son vistas como normales.


Y qué decir de la iglesia. En este tiempo donde la filosofía halla tanta cavida en el pensamiento cristiano y las costumbres mundanas son adoptadas con tanta facilidad en la práctica eclesial. La autoridad de la sola Palabra de Dios se ha desechado y han primado los pensamientos del corazón, los argumentos humanos y las ideas nuevas,  aún cuando todo esto proviene de aquel que ha sido calificado por Dios como malvado, perverso y engañoso. No ha de extrañarnos entonces el estado de ruina y confusión en el que nos ha tocado vivir y del cual, sin posibilidad de negarlo, somos parte.


¡Cuán distinto sería todo si hiciésemos como el Señor Jesucristo!

febrero 13, 2010

Cómo es nuestro corazón

Sigo leyendo en Jeremías. Como en todas las Escrituras hay frases que se repiten como en estos versículos.

Jer 3:17 ... ni andarán más tras la dureza de su malvado corazón.

Jer 7:24  Y no oyeron ni inclinaron su oído;  antes caminaron en sus propios consejos,  en la dureza de su corazón malvado ...

Jer 11:8  Pero no oyeron,  ni inclinaron su oído,  antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón;

Jer 16:12  ... porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón,  no oyéndome a mí.

Jer 18:12  Y dijeron:  Es en vano;  porque en pos de nuestros ídolos iremos,  y haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón.

Qué triste verdad, el corazón humano es malvado; MI CORAZÓN es malvado. Según el diccionario de la RAE eso quiere decir que mi corazón es muy malo. Coincide con Jeremías 17.9 donde dice que el corazón es perverso. Esa es otra definición de malvado.

Si el tema quedase ahí no habría sino desconsuelo y Dios se estaría manifestando a sí mismo sólo como el que acusa, no obstante el pensamiento de Dios se ve claramente expuesto en Romanos 3.26 donde dice que Él es y se muestra al hombre tanto como el justo como el que justifica, esto es, el que da justicia. Siendo el Justo nos manifiesta cómo nos ve, cómo es nuestro corazón, cómo deberíamos considerarnos a nosotros mismos. Así que, la opinión que tengamos de nosotros mismos debería estar basada en la opinión de Dios respecto a nosotros y su opinión es que somos pecadores. Romanos 3.23 lo dice así: "por cuanto todos pecaron,  y están destituidos de la gloria de Dios". Pero gracias sean dadas a Dios que también escribe: "siendo justificados gratuitamente por su gracia,  mediante la redención que es en Cristo Jesús" Romanos 3.24. Así es Dios, no solo acusa con justicia sino que además imparte justicia a través de la persona de Su Hijo Jesucristo para todos aquellos que son "de la fe de Jesús". 

Por si esto fuera poco, también nos da la provisión para escapar,  en la práctica, de la maldad que nos caracteriza. "Mas el fruto del Espíritu es amor,  gozo,  paz,  paciencia,  benignidad,  bondad,  fe, mansedumbre,  templanza". Gálatas 5.22 y 23. "Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad,  justicia y verdad" Efesios 5.9. Al poner mi fe en Cristo, el Espíritu Santo, Dios mismo, ha hecho morada en mi cuerpo (1Corintios 3.16 y 1Corintios 6.19) y me capacita para hacer lo que es bueno; combatir la maldad propia de mi naturaleza humana y dejar que Él produzca Sus frutos. El Apóstol Pablo lo dice así: "porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,  por su buena voluntad". 

Incomprensibles y maravillosos son la gracia y el amor de Dios, que de seres viles, malvados y perversos puede hacer hijos de Dios. Que allí donde había odio ahora haya amor, donde había angustia ahora haya gozo, donde había rencilla ahora haya paz. El carácter perfecto de Cristo el Hijo de Dios puede ser reflejado por aquellos hombres que por la gracia han creído.

febrero 10, 2010

¿ ... Quién contra nosotros?

En Romanos 8.31, Pablo, en la última parte, refiriéndose a la seguridad de la salvación del creyente en Cristo, pregunta: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Bendita gracia de nuestro Señor que aún siendo pecadores nos amó y dió a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados. No hay quien pueda separarnos de Él.

Sin embargo, leyendo el libro de Jeremías, una y otra vez puedo ver a Dios en contra de su propio pueblo, castigándoles, en claros actos de disciplina con el fin de hacerles volver hacia Él. Les ha estado llamando al arrepentimiento y sin embargo se han obstinado. Se han atrevido a decirle a Dios ¡No! No andaremos (Jeremías 6.16) No escucharemos (Jeremías 6.17. 22.21). Es como si estuviesen diciéndole: "no te metas con nosotros". Por lo cual Dios se les vuelve enemigo; les dice: "preparé para ti destruidores" Jeremías 22.7, "te entregaré" v.25, "te llevaré cautivo" v.26. Más contundente aún, cuando en su aflicción le preguntan qué va a suceder al mirar acercarse el mal, Dios les responde: "Pelearé contra vosotros con mano alzada y con brazo fuerte,  con furor y enojo e ira grande" Jeremías 21.5. En su asombro y aflicción debían ellos pensar: ¡Quién contra nosotros!, con mayúscula porque es Dios quien se ha vuelto en su contra.

Así es el mundo de hoy, de los hombres de este tiempo, muy pocos quieren escuchar la voz de Dios. Aún así, la mano de Dios sigue extendida tanto para salvar como para juzgar. Pecador, el Dios bendito te llama al arrepentimiento, no desea tu condenación. Dios te llama pecador porque le has ofendido, has transgredido sus mandamientos y Dios ha enviado a Su Hijo para que reciba, en tu lugar, el castigo que tú mereces. Ahora, sólo pide una cosa de tí: "Esta es la obra de Dios,  que creas en el que él ha enviado" Juan 6.29. ¡Oye la voz de Dios, anda por el camino de la salvación! Jesús dijo: "Yo soy el camino ..." Juan 14.6. Vuélvete a Jesucristo, quien es el camino y te invita sus pisadas seguir ¿Vas a decir como estos de quienes habla el profeta Jeremías, no oiré y no andaré? Si así lo haces, sabe pecador que la gracia, la misericordia, la puerta abierta, el perdón disponible no dura para siempre. Mientras vivas tienes oportunidad pero cuando mueras no habrá lugar para el arrepentimiento. Para entonces Dios se volverá tu enemigo y no habrá vuelta atrás.

febrero 09, 2010

LA VOLUNTAD PERMISIVA DE DIOS

LA VOLUNTAD PERMISIVA DE DIOS


Estoy haciendo la voluntad de Dios? Esa es una pregunta sumamente importante que todo creyente sincero debería hacerse. Consultar al Padre celestial para tomar decisiones acertadas debe ser una práctica común en la vida cristiana y para ello hemos de orar fervientemente buscando conocer el deseo de Dios para nuestras vidas. Sin embargo, muchas veces el creyente simplemente toma sus propias decisiones sin consultar a Dios u orando sin haber un deseo real de hacer su voluntad. Los dos personajes que se ven a continuación no buscaron con sinceridad la voluntad de Dios y Él tuvo que disciplinarles.

Ezequías. Dios accede a sus deseos pero a costa de consecuencias tristes a largo plazo.

Voluntad ideal de Dios
2Re_20:1 El rey Ezequías
- Que ordene su casa - Que muriese

El deseo del hombre

2Re_20:2-3
- Que Dios haga memoria del pasado - Conmover a Dios

Voluntad permisiva de Dios

2Re_20:4-7
- Sanar a Ezequías - Añadirle 15 años más

Consecuencias


  • Personales: Fracaso.
Isa_38:15 El rey se propuso andar humildemente los años extra que le fueron dados de vida
2Re_20:13 Sin embargo, poco tiempo después recibió orgullosamente a los mensajeros babilonios, mostrándoles sus riquezas, poderío militar y la gloria de su reino

2Cr_32:31 Estos venían a rendirle pleitesía como otros muchos lo habían hecho (2Cr_32:23). Dios lo dejó para probarle, para HACER CONOCER todo lo que estaba en su corazón. En todo lo demás anduvo rectamente y fue prosperado, menos en esto.

  • Familiares:
Isa_38:18 El rey se propuso hacer conocer a Dios a sus hijos, hacerles notoria Su verdad
2Re_20:21;2Re_21:1-2 En Manasés se observa que no fue como Ezequías se propuso, porque deshizo todo lo bueno que había logrado su padre y fue en suma el rey más impío en toda la historia del reino de Judá.

Isa_39:7 De sus descendientes, la familia real, muchos serían esclavos y eunucos en una nación extrangera. Sin embargo esta palabra le pareció buena al rey porque no tocaba directamente con su persona. En esto se mira cierto egoísmo de su parte.

El pueblo de Israel. Dios accede primero al deseo del pueblo para su propio mal y luego se mantiene firme aunque ellos se obstinan.

Voluntad inicial de Dios
- Núm_13:1-2
Que reconozcan la tierra para entrar a tomar posesión de ella. Núm_14:9 Josué entendía que negarse a entrar era ser rebeldes contra Dios


El deseo del pueblo
- Núm_14:2-4
Querían tener las cosas fáciles, sin luchar. Preferían morir en el desierto que luchar. Luego quisieron regresar a Egipto


Voluntad permisiva de Dios
- Núm_14:28-35
Dios les concedió su deseo de no entrar en la tierra y de morir en el desierto.


Consecuencias


  • Personales:
Muerte inmediata
Núm_14:36-37 Estos hombres que tuvieron tan gran responsabilidad en la murmuración del pueblo murieron de plaga


Núm_14:40-45 Muerte en la guerra.
Por su obstinación, por no aceptar la voluntad de Dios, fueron muertos en batalla. Fruto de las malas decisiones salidas de un corazón endurecido.


Núm_14:29-30, 32 No entrar en la tierra. Muerte lenta. No podrían disfrutar las delicias de la tierra prometida. Morirían en el desierto, no gozarían de deleites sino sólo el calor y el paisaje del desierto.



  • Familiares: Núm_14:33
- Andar pastoreando en el desierto 40 años. Sus hijos no tendrían un trabajo sencillo y sus padres lo iban a mirar así hasta que muriesen.

- Los hijos sufrirían las consecuencias del pecado de sus padres.
Ellos no eran los que habían decidido desobedecer a Dios, sin embargo serían quienes llevarían el pecado de sus padres.

- Ver a los padres morir en el desierto
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